COMPETENCIAS: LA EVALUACIÓN COMO FIN CREATIVO A LA FORMACIÓN INTEGRAL DE LAS NUEVAS GENERACIONES
LA
EVALUACIÓN DESDE LA PRÁCTICA COTIDIANA
R= Formar
en competencias es un forma distinta de enseñar y aprender. Basado precisamente
en una serie de competencias académicas, laborales y para la vida. En el referente
de los saberes: el saber ser, el saber conocer y el saber hacer. Tan
comentados, no solo es transmitir conocimientos y evaluarlos de manera sumativa
(acreditativa), es ir más allá. Desde mi punto de vista, siempre defiendo que
las competencias más que estar de moda, deben de dar un giro a la formación que
se les da a los estudiantes y sobre todo a la manera de enseñar y evaluar de
los docentes.
2. ¿Cómo
asumir la evaluación de las competencias dentro del proceso de formación
integral de la persona?
R= Una
pregunta muy compleja, porque intervienen desde mi punto de vista y como
docente; una serie de factores y situaciones que pueden llegar a ser verdaderos
obstáculos para poder evaluar las competencias de una persona de manera
integral. Sin decir precisamente que es imposible, es muy complejo. Integrar la
personalidad, actitud, aptitud, habilidades, competencias, origen familiar,
situación socioeconómica, nivel académico, etc. Para mí, estos son conceptos
que se deben agregar, además de los habituales como objetivos logrados,
habilidades adquiridas y competencias generales, específicas y de la vida. Constituir
un proceso basado en todo eso, es asumir un gran reto y a la vez un
campo hasta cierto punto desconocido como docentes; es volverse un poco psicólogos,
pedagogos, científicos (en un decir de volvernos más observadores y analíticos)
y profesores de tiempo completo.
3. ¿Cómo
orientar la evaluación de las competencias para que no se limite a responder
pruebas escritas?
R= Me
parece que orientarlas además de no dejar a un lado la evaluación sumativa, ya
que persistentemente sigue entre nuestros días, sobre todo en los procesos
institucionales para acreditar. No obstante desde mi experiencia debemos
movilizar el pensamiento divergente de los alumnos, motivar su creatividad a
través de otras actividades curriculares que puedan tomarse para la evaluación
de competencias.
4. ¿Cómo
evitar que se oriente la evaluación de las competencias sólo desde lo que
valora y quiere el mercado laboral, sin considerar los retos personales, el
sabe hacer, y el saber conocer en las competencias?
R= Otra
pregunta muy compleja, y lo digo antes que nada por el sistema económico en el
que vivimos, el “capitalismo” si es el que vivimos; nos ha llevado a un momento
en el que solo importa que estés listo para enfrentarte al a jungla laboral que
las empresas tanto privadas como públicas demandan hoy a jóvenes que sepan
trabajar bajo presión, con una jornada de un mínimo de 8 horas, un sueldo
raquítico y una preparación ejemplar. Todo esto requiere hoy en día el mercado
laboral, lo malo y lo más lamentable es que es una realidad distinta. Las
universidades no tienen un mismo nivel de calidad y por obviedad tampoco una
homogeneidad en los programas que se imparten. Cada quien gradúa el tipo de
egresado que para ellos, es el mejor y el más acorde a las exigencias
laborales. Cómo evitar todo esto, pues desde mi experiencia tanto como egresada
de la licenciatura y como docente del mismo nivel, aportando a la formación de
competencias en los jóvenes estudiantes realismo, practicidad, ética, valor,
consejos de cómo darle ese “extra” a su perfil no solo académico sino de vida.
5. ¿Cómo
evaluar el saber ser, el saber hacer, y el saber conocer en las competencias?
R= A
través de actividades tanto con el fin de evaluar como de formar, y como lo he
dicho en las anteriores preguntas. Integrando un total de aspectos o
competencias académicas, para la vida y para el quehacer como profesionista y
ser humano. Antes que anda fuimos simples humanos, que ahora seamos empleados,
estudiantes, padres, hijos, compañeros… nos deja el reto como docentes en
centrarnos más allá del currículo impuesto; llevar a los jóvenes a formarse
como seres críticos, creativos, imaginativos, con valores y ética. A través de
actividades y evaluaciones que los hagan ir más allá, cuestionarse
positivamente y volverse seres propositivos.
6. ¿Cómo
evaluar las competencias para trascender el énfasis que todavía se pone sobre
la evaluación de contenidos en la educación?
R= Creo
que he dado muchas opiniones sobre cómo ir más allá de las acostumbradas
evaluaciones de contenidos sistemáticos
en todos los niveles educativos; trabajando en la formación de un ser integral
en su ser, en su hacer y en su saber. Hoy hacen más falta seres creativos,
libres, propositivos, emprendedores y buenos ciudadanos. Actividades llenas de
estos conceptos donde poco a poco sea algo cotidiano el ser un estudiante y
profesionista con este perfil.
7. ¿Cómo
lograr un cambio de actitud en los docentes respecto a la evaluación?
R= Creo que
como tal, el cambio es algo muy grande y trascendental que difícilmente se
podría dar el la mayoría de los docentes. El cambio comenzaría con la
capacitación y la apertura a los cambios propositivos. El que nos preocupemos
más por la formación integral de los alumnos, volvernos maestros investigadores
de tiempo completo. Ser creativos en
nuestros planes y objetivos a cubrir del currículo, crear actividades que fomente
las competencias integrales.
CONCLUSIONES
LECTURA
Me parece que mis respuestas son precisamente la
conclusión; tuve cierta confusión entre evaluación de competencias y en
competencias. Términos que me quedaron claros (hasta donde entiendo) al
finalizar la lectura de Tobón, S., et. Al (2010) cuando explican que en “de” y
en “en” se diferencia por la intención y el objetivo.
Otra cuestiones que me pareció fundamental de la
lectura es la critica diplomática de cómo hemos hecho en México para la
aplicación de la educación basada en competencias. Es hasta donde entiendo, un
tema muy complejo lleno de factores y situaciones que lo vuelven hasta un poco utópico,
decir, en México la educación es algo más como un negocio y como un partido político
donde el resultado no es medible, no es importante es solo un requisito más que
hay que cumplir sin importar la calidad. Desde ahí la cosa esta mal y difícil.
Cómo podemos mejorar, sea por competencias o por otro método en el proceso de formación,
no hay una solución como tal; pienso que la evaluación y el sistema de
competencias es algo muy propositivo para enriquecer la “educación” pilar
fundamental de la sociedad de cualquier país.
En conclusión la evolución de competencias es una
manera de rescatar la calidad educativa entre los pocos docentes interesados en
esto (hablando de México), y que promete ser una de dos: un problema o un
aliciente.
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