jueves, 15 de noviembre de 2012

COMPETENCIAS: LA EVALUACIÓN COMO FIN CREATIVO A LA FORMACIÓN INTEGRAL DE LAS NUEVAS GENERACIONES
 


LA EVALUACIÓN DESDE LA PRÁCTICA COTIDIANA
 1. ¿Qué es formar y evaluar las competencias?
R= Formar en competencias es un forma distinta de enseñar y aprender. Basado precisamente en una serie de competencias académicas, laborales y para la vida. En el referente de los saberes: el saber ser, el saber conocer y el saber hacer. Tan comentados, no solo es transmitir conocimientos y evaluarlos de manera sumativa (acreditativa), es ir más allá. Desde mi punto de vista, siempre defiendo que las competencias más que estar de moda, deben de dar un giro a la formación que se les da a los estudiantes y sobre todo a la manera de enseñar y evaluar de los docentes. 
2. ¿Cómo asumir la evaluación de las competencias dentro del proceso de formación integral de la persona?
R= Una pregunta muy compleja, porque intervienen desde mi punto de vista y como docente; una serie de factores y situaciones que pueden llegar a ser verdaderos obstáculos para poder evaluar las competencias de una persona de manera integral. Sin decir precisamente que es imposible, es muy complejo. Integrar la personalidad, actitud, aptitud, habilidades, competencias, origen familiar, situación socioeconómica, nivel académico, etc. Para mí, estos son conceptos que se deben agregar, además de los habituales como objetivos logrados, habilidades adquiridas y competencias generales, específicas y de la vida.  Constituir  un proceso basado en todo eso, es asumir un gran reto y a la vez un campo hasta cierto punto desconocido como docentes; es volverse un poco psicólogos, pedagogos, científicos (en un decir de volvernos más observadores y analíticos) y profesores de tiempo completo.
3. ¿Cómo orientar la evaluación de las competencias para que no se limite a responder pruebas escritas? 
R= Me parece que orientarlas además de no dejar a un lado la evaluación sumativa, ya que persistentemente sigue entre nuestros días, sobre todo en los procesos institucionales para acreditar. No obstante desde mi experiencia debemos movilizar el pensamiento divergente de los alumnos, motivar su creatividad a través de otras actividades curriculares que puedan tomarse para la evaluación de competencias.
4. ¿Cómo evitar que se oriente la evaluación de las competencias sólo desde lo que valora y quiere el mercado laboral, sin considerar los retos personales, el sabe hacer, y el saber conocer en las competencias?
R= Otra pregunta muy compleja, y lo digo antes que nada por el sistema económico en el que vivimos, el “capitalismo” si es el que vivimos; nos ha llevado a un momento en el que solo importa que estés listo para enfrentarte al a jungla laboral que las empresas tanto privadas como públicas demandan hoy a jóvenes que sepan trabajar bajo presión, con una jornada de un mínimo de 8 horas, un sueldo raquítico y una preparación ejemplar. Todo esto requiere hoy en día el mercado laboral, lo malo y lo más lamentable es que es una realidad distinta. Las universidades no tienen un mismo nivel de calidad y por obviedad tampoco una homogeneidad en los programas que se imparten. Cada quien gradúa el tipo de egresado que para ellos, es el mejor y el más acorde a las exigencias laborales. Cómo evitar todo esto, pues desde mi experiencia tanto como egresada de la licenciatura y como docente del mismo nivel, aportando a la formación de competencias en los jóvenes estudiantes realismo, practicidad, ética, valor, consejos de cómo darle ese “extra” a su perfil no solo académico sino de vida.
5. ¿Cómo evaluar el saber ser, el saber hacer, y el saber conocer en las competencias?
R= A través de actividades tanto con el fin de evaluar como de formar, y como lo he dicho en las anteriores preguntas. Integrando un total de aspectos o competencias académicas, para la vida y para el quehacer como profesionista y ser humano. Antes que anda fuimos simples humanos, que ahora seamos empleados, estudiantes, padres, hijos, compañeros… nos deja el reto como docentes en centrarnos más allá del currículo impuesto; llevar a los jóvenes a formarse como seres críticos, creativos, imaginativos, con valores y ética. A través de actividades y evaluaciones que los hagan ir más allá, cuestionarse positivamente y volverse seres propositivos.
6. ¿Cómo evaluar las competencias para trascender el énfasis que todavía se pone sobre la evaluación de contenidos en la educación?
R= Creo que he dado muchas opiniones sobre cómo ir más allá de las acostumbradas evaluaciones  de contenidos sistemáticos en todos los niveles educativos; trabajando en la formación de un ser integral en su ser, en su hacer y en su saber. Hoy hacen más falta seres creativos, libres, propositivos, emprendedores y buenos ciudadanos. Actividades llenas de estos conceptos donde poco a poco sea algo cotidiano el ser un estudiante y profesionista con este perfil.
7. ¿Cómo lograr un cambio de actitud en los docentes respecto a la evaluación?
R= Creo que como tal, el cambio es algo muy grande y trascendental que difícilmente se podría dar el la mayoría de los docentes. El cambio comenzaría con la capacitación y la apertura a los cambios propositivos. El que nos preocupemos más por la formación integral de los alumnos, volvernos maestros investigadores de tiempo completo.  Ser creativos en nuestros planes y objetivos a cubrir del currículo, crear actividades que fomente las competencias integrales.
CONCLUSIONES LECTURA

Me parece que mis respuestas son precisamente la conclusión; tuve cierta confusión entre evaluación de competencias y en competencias. Términos que me quedaron claros (hasta donde entiendo) al finalizar la lectura de Tobón, S., et. Al (2010) cuando explican que en “de” y en “en” se diferencia por la intención y el objetivo.
Otra cuestiones que me pareció fundamental de la lectura es la critica diplomática de cómo hemos hecho en México para la aplicación de la educación basada en competencias. Es hasta donde entiendo, un tema muy complejo lleno de factores y situaciones que lo vuelven hasta un poco utópico, decir, en México la educación es algo más como un negocio y como un partido político donde el resultado no es medible, no es importante es solo un requisito más que hay que cumplir sin importar la calidad. Desde ahí la cosa esta mal y difícil. Cómo podemos mejorar, sea por competencias o por otro método en el proceso de formación, no hay una solución como tal; pienso que la evaluación y el sistema de competencias es algo muy propositivo para enriquecer la “educación” pilar fundamental de la sociedad de cualquier país.
En conclusión la evolución de competencias es una manera de rescatar la calidad educativa entre los pocos docentes interesados en esto (hablando de México), y que promete ser una de dos: un problema o un aliciente.

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